Marchionne ha ofrecido pactos a otros fabricantes

No ha habido un mensaje claro de la industria en este salón de Detroit. 

Pese a los problemas que han afectado a la seguridad de algunos modelos en EEUU, este no ha sido un argumento esgrimido por los fabricantes en sus nuevos modelos, ya que dicen que se supone que los coches deben tenerla. 

Como la eficiencia en el consumo, aunque visto el tipo de algunos vehículos mostrados –Acura-Honda NSX, Ford GT o Nissan Titan– no parece que ese gasto sea ahora una preocupación con un precio de los carburantes que se ha reducido más de un 30%.

Y tampoco se ha insistido mucho en temas de conectividad y comunicación coche a coche, quizás porque el CES que tuvo lugar hace una semana en Las Vegas, con fuerte presencia de las marcas de automóviles, ha agotado un poco el tema.

Ha sido, por tanto, una muestra al viejo estilo donde cada fabricante ha ido a mostrar sus últimas novedades insistiendo en el diseño, la funcionalidad, el confort o las prestaciones pues, como se ha dicho, no han faltado superdeportivos que van a llegar al mercado en apenas un año.

Eso es lo que va a pasar con el Ford GT, un modelo propuesto por Jim Farley, el nuevo presidente de Ford Europa, y que Mark Fields, el presidente mundial, se ha comprometido a lanzar en un año. De momento, ya se puede conducir en el videojuego Motorsport6 de Forza.

Muy cerca suyo se exhibía el esperado Acura-Honda NSX con una tecnología híbrida en el estilo de los Fórmula 1 actuales, cuyas entregas empezarán a final de año en EEUU y que seguramente llegará a Europa en 2016. Costará unos 150.000 euros. 

La marca japonesa culminaba su baño ecológico con el superaerodinámico FCV Concept de pila de hidrógeno retrasado hasta 2018. Algo que supone una victoria para Toyota, que mostraba su modelo Mirai, ya presentado en Japón y a la venta.

Pese a la falta de insistencia en el argumento del coche eléctrico, sí ha habido alguna novedad como el Chevrolet Bolt (no confundir con el eléctrico de autonomía extendida Volt), un vehículo urbano. Además, también ha habido anuncios de futuros modelos con autonomías que escalan ya los 300 kilómetros.

Adalid del coche eléctrico, en Detroit estaba Elon Musk y su marca Tesla, que está perdiendo la aureola que los medios le crearon e hizo que su cotización en Bolsa, siendo una empresa que jamás dio beneficios, fuera altísima. 

Ahora, sus cuentas están sujetas a una investigación de las autoridades fiscales, su cotización no deja de bajar, y sus socios, Toyota y Daimler, han vendido sus participaciones. Incluso hay dudas sobre la megafábrica de baterías que piensa construir a medias con Panasonic en Nevada. Tesla ha mostrado la versión 4x4 de su berlina S, pero no el esperado todocamino X.

Industrialmente, la sustancia la puso Sergio Marchionne, consejero delegado de FCA (Fiat Chrysler Automobiles), presente con Chrysler, Dodge, Ram, Jeep, Alfa Romeo, Fiat y Maserati.

Aseguró que la buena acogida del Jeep Renegade y la expectación por el Fiat 500X permitirán aumentar en unos 1.500 empleados la plantilla de Melfi (Italia), donde se han invertido más de 1.000 millones en producir ambos vehículos, de los que se quiere hacer más de 300.000 unidades al año de ambos. 

En paralelo, algunos contratos temporales se harán fijos y se levantará la regulación de empleo a 5.500 trabajadores.

Marchionne confirmó el plan de relanzamiento de Alfa Romeo, que retorna a EEUU con el 4C, y luego seguirán la berlina, de la que aún no se sabe si se llamará Giulia. Por cierto, anunció que siguen dispuestos a nuevos acuerdos de colaboración con otros fabricantes para repartir así los costes de desarrollo. Como han hecho con Mazda y el descapotable que, por parte de FCA, finalmente será Fiat.

Asimismo, mantiene el objetivo de vender cinco millones en 2015 porque prevé crecimientos en EEUU, Europa y Brasil, pero de un dígito. Quizás lo más novedoso es que FCA también ofrecerá coches electrificados. Pero serán híbridos. El primero, un Chrysler Town&Country.

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