Volkswagen y su apuestas por el super-lujo

Ferdinand Piëch se lanzará de lleno a la carrera por el superlujo sobre ruedas con o sin la complicidad del accionariado de Vickers, consorcio matriz de Rolls Royce. El presidente de Volkswagen (VW) confirmó ante su junta general este objetivo, mientras una de sus filiales, Audi, suscribía su «acuerdo de intenciones» con el presidente de Vickers, para absorber el productor de motores Cosworth en cuanto se consume la compra de Rolls.

Piëch pretende con esta nueva estrategia sortear el bloqueo de suministros anunciado por el otro pretendiente, BMW, en caso de que VW se lleve a casa el Rolls. La junta de accionistas de Vickers decide hoy, en Londres, quién se queda con la marca, VW o BMW, a falta de una oferta en firme del grupo de millonarios británicos.


Piëch quiere marcar con la intención de compra un gesto de buena voluntad con el que impresionar a los propietarios de Rolls Royce reacios a que el Coche del Pueblo -traducción literal de Volkswagen- se haga con su marca.
A través de Audi, Piëch pone sobre la mesa de Cosworth 120 millones de libras, casi 30.000 millones de euros, que se añaden a los 430 ofrecidos para hacerse con Rolls Royce y Bentley. BMW, que partía como favorita, respondía desde su sede central ratificándose en su oferta -340 millones de libras- y recordando que con Cosworth tiene un acuerdo de cooperación para la construcción del ocho cilindros de Bentley.

Piëch hizo acopio de autoconvicción ante su junta general apoyado en los resultados récord del consorcio y En el plan de ampliar la producción anual actual, más de 4.000.000 de automóviles, hasta los 6.000.000 en el año 2017.
El presidente de VW sabe que para ello necesita superar los problemas de producción de que adolece su marca autóctona. Las listas de espera para el VW Golf y el Passat desesperan la paciencia del cliente. Para superar el riesgo de deserciones, Piëch se propone dar marcha atrás en lo que fue la fórmula salvadora de 30.000 empleos cuando la crisis de 1993, la semana de cinco jornadas.
En declaraciones a Süddeutsche Zeitung, el presidente de VW habla de volver al modelo de seis días de producción. Algo para lo que necesita el beneplácito de los sindicatos, o echar mano del talonario. Piëch se dice dispuesto a ambas cosas. Es decir, a pagar complementos por el sexto día de trabajo, sábado, o a negociar, pero sobretodo a primar la producción fuera de la órbita de la semana de cinco días.

En dicha entrevista, Piëch reconoce también que la lucha por Rolls puede no decidirse mañana, sino prolongarse hasta julio. Al fin y al cabo, incluso con el beneplácito del accionariado de Vickers, debe contar con un plazo de un mes para que la compra sea un hecho. Por lo demás, asegura que no le preocupan ni la suspensión del suministro de componentes de BMW ni el bloqueo sobre los derechos del nombre Rolls Royce. Se trata, dice, de llegar a un acuerdo.

Desde hace meses, se asegura que Piëch está asegurándose una alternativa a la operación Rolls en forma de resucitar la vieja marca Horsch -sobre cuyo nombre tiene los derechos Audi-, sacar de la suspensión de pagos a Bugatti o comprar al hijo del ex presidente de Indonesia Suharto su parte de Lamborghini. De ser así, Piëch tiene pensado abrir una nueva fábrica en Dresde, Alemania del Este, para fabricar motores de 10 y 12 cilindros.

Ferdinand Piëch augura que de aquí al año 2020 solo habrá de cuatro a seis consorcios automovilísticos en todo el mundo, y también que Volkswagen estará entre esa elite. Según sus cálculos, General Motors y Ford se repartirán América, el recién creado consorcio Daimler Chrysler dominará Europa, y Toyota y Honda, harán lo propio en Asia. La apuesta de futuro de Piëch consiste en ofrecer una gama de 50 modelos que compitan en todos los segmentos del mercado. Prueba de ello es el último acuerdo firmado con Porsche para desarrollar conjuntamente un todoterreno que verá la luz en el año 2002. En cuanto al presente, entre enero y mayo del año en curso las ventas de las cuatro marcas del grupo (Volkswagen, Audi, Seat y Skoda) aumentaron en un 4,6% con respecto al mismo periodo de 1997. En total se entregaron 1,9 millones de automóviles.

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